Lo infame, no es ahorcar los hábitos
De sofocadas vidas virulentas
En las que los semejantes ponen la raíz
De fantasmas promiscuos con hienas
Lo peor es juzgar
Corazones de un sin fin de
existencias
De los que creen que llegaron a
mucho
Y en su última etapa, carecieron de
espuelas