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28 de noviembre de 2012

Majestuosa Víbora





Aún quedan títeres en la urbe
amuletos quebrados por su mirada maldita
que dio de comer a quién vino a su mano
tomando su brazo como el agua bendita

Aún esboza los sueños de su pasado
amores enrabietados de alcohol y ceniza
de tiempos mejores y sábanas de mármol
que mudó una y mil veces a lo largo de su vida

Aún se escucha su llanto en la memoria
recuerdos de marfil y soledades sin poesía
que recita con sonetos fríos e inacabados
en el lugar donde muere su alegría descosida

Aún te echo de menos… Majestuosa Víbora
me dejaste tu corazón y te llevaste mi sonrisa
esa la cual divulgas como un premio de consolacion
empuñando tu alma como al balcón un suicida

Ahora yo…
continuaré cabalgando en jergones lascivos
Mientras tú, desde lejos…
 me dedicaras el amor de tu  lenta agonía



 

12 de noviembre de 2012

Despertares



Son los restos 
de un despertar atronador
los que te encontraste 
en el jardín de tu puerta
Se te clavó
como espigas en el corazón
y ahora pago yo, 
las malas cosechas de tu hierba

Mientras tanto tú,
 sigues limando esquinas
de tus simples sollozos y magulladuras
Y dirás...
que en lo que te han convertido tus mil vidas
han sido retales de cientos de coseduras

En cambio yo,
 sigo tallando las virutas de lo vivido
en sueños de arlequines
 de este amor prohibido
de empalmar soldaduras
 de adoquines con aromas caídos
de emprender caminos 
en los que otros cayeron rendidos

Y vendrá de nuevo el alba
 a decirme que llega la mañana
Para recordar lo cohibido
 de tu calle en cualquier delirio
Y serán despertares...
 en los que tú te encontrabas
Despertares que quiero...
 que acaben de madrugada


 

30 de octubre de 2012

Punto...¿y final?



Crudeza, hastío, indiferencia…Palabras que convierten la alegría en lágrimas, la amistad en fantasmas de una noche…el amor, para Santiago…de Chile o de Compostela
Sé que merezco la pena, soy un gran tipo, peculiar pero con muchos defectos. Conozco a la humanidad que me rodea, cada vez más déspota y vulnerable.
Cuando parta, no me llevaré en mi mochila ningún amuleto, ninguna historia de “comer perdices”, NADA…si acaso, apenas algún recuerdo borroso de lo que pude vivir y no quise, tormentas de niebla y hollín…Rechacé rendirme, Amable comadre, porqué siempre quisé fracasar, es mi pasatiempo predilecto.
 No lloren por mí, serán ardores intestinales que me resbalen desde las tripas hasta la sien.
Si, flaquita, voy a desaparecer de tu vida, fue un placer, te mereces todo lo mejor, LO MEJOR, pero el camino entre los dos no siempre fue recto, y tu presencia convierte al Sol en tierra helada.
También de ti, querido amor, siempre me has querido, pero no soy el hombre de tu vida (todavía me rebaño mis entrañas y me pregunto por qué, cuando he sido la mayor patraña que pudiste encontrar en tu senda). No te merezco, soy un loco inmaduro.
Me gustaría arrepentirme de muchas cosas, pero eso sería de cobardes, y debajo de mi caparazón menguado, tengo un corazón tan negro que me hace renacer como cuál Ave Feníx.
Piojos, el mundo da a luz a piojos, ratas, cucarachas, chinches…Nadie merece la pena. Esto es un mundo enorme y malo, lleno de vueltas y recovecos, y sólo basta con parpadear un segundo para que desaparezcan los buenos momentos.
No me echen de menos, porque me desternillaré de ello.
Fue un placer, cuídense, y si no nos volviéramos a ver, échenme a mí la culpa…
Como dice mi compadre:
Besos, y suerte


1 de octubre de 2012



A la niña de los ojos verdes

Se esconde  el sol,
por la colina de donde emergen gatos silvestres
Se abre el camino,
y se escuchan los pasos de las farolas presentes
Se escucha un gemido
será el alba, que está cansada de chirriar los dientes
Se resquebraja la noche
y calle abajo aflora la niña de los ojos verdes

¿Dónde está?
nunca duerme…
esa niña de los ojos verdes

Con el canto de un jilguero
agrieta las paredes entre labios ardientes
Con la nota de un estribillo
Desafía al mañana con paños de lucidez calientes
Con una simple sonrisa
Se merienda manjares de mil corazones dolientes
Llaman a la puerta…
y de nuevo se escucha el latir en sus senos vehementes

¿Dónde está?
nunca duerme…
esa niña de los ojos verdes

Quizá la veas entre adoquín y adoquín
entre versos y sonetos
de poetas con espíritus blandengues
Pero nunca, en ningún destello
de amores y miserias
podrás domar,
 a su cordura y sangre rebelde

Despunta la mañana
ahora ya duerme…
esa niña de los ojos verdes