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30 de octubre de 2012

Punto...¿y final?



Crudeza, hastío, indiferencia…Palabras que convierten la alegría en lágrimas, la amistad en fantasmas de una noche…el amor, para Santiago…de Chile o de Compostela
Sé que merezco la pena, soy un gran tipo, peculiar pero con muchos defectos. Conozco a la humanidad que me rodea, cada vez más déspota y vulnerable.
Cuando parta, no me llevaré en mi mochila ningún amuleto, ninguna historia de “comer perdices”, NADA…si acaso, apenas algún recuerdo borroso de lo que pude vivir y no quise, tormentas de niebla y hollín…Rechacé rendirme, Amable comadre, porqué siempre quisé fracasar, es mi pasatiempo predilecto.
 No lloren por mí, serán ardores intestinales que me resbalen desde las tripas hasta la sien.
Si, flaquita, voy a desaparecer de tu vida, fue un placer, te mereces todo lo mejor, LO MEJOR, pero el camino entre los dos no siempre fue recto, y tu presencia convierte al Sol en tierra helada.
También de ti, querido amor, siempre me has querido, pero no soy el hombre de tu vida (todavía me rebaño mis entrañas y me pregunto por qué, cuando he sido la mayor patraña que pudiste encontrar en tu senda). No te merezco, soy un loco inmaduro.
Me gustaría arrepentirme de muchas cosas, pero eso sería de cobardes, y debajo de mi caparazón menguado, tengo un corazón tan negro que me hace renacer como cuál Ave Feníx.
Piojos, el mundo da a luz a piojos, ratas, cucarachas, chinches…Nadie merece la pena. Esto es un mundo enorme y malo, lleno de vueltas y recovecos, y sólo basta con parpadear un segundo para que desaparezcan los buenos momentos.
No me echen de menos, porque me desternillaré de ello.
Fue un placer, cuídense, y si no nos volviéramos a ver, échenme a mí la culpa…
Como dice mi compadre:
Besos, y suerte


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